El blog de Tita

Las rupturas sentimentales son difíciles y complicadas. Al principio parece una pesadilla, surgen muchos miedos, inseguridades y resentimientos pero pasado el tiempo se supera y todo se ve muy diferente y positivo. ¿Cómo salir de esa pesadilla? la respuesta se encuentra en este artículo.

Etapas

Pena- desesperación: el mundo se paraliza, sólo existe un único pensamiento: la añoranza del ser amado.

La pérdida sentimental es tan grande que todo gira en torno a él/ella. Todo era perfecto, armónico, estable y ahora existe desorientación, desolación y lamento, lo cual lleva a creer una dependencia extrema hacia la ex pareja debido al sentimiento de vacío interior.

Odio- culpa: se odia a la otra persona por no ver los problemas y buscar soluciones, por no saber luchar, por no entenderse y a la vez se odia uno mismo por idénticas razones.

Nace la culpa, que puede focalizarse en dos direcciones, o bien uno se exonera y hace culpable de todo lo sucedido al otro, o se culpa a sí mismo. Éste es el momento del descontrol, la sensación de libertad y de romper con todo.

Indiferencia-reconstrucción: comienza la recuperación de la esencia de uno mismo que se perdió en la ruptura o incluso mucho antes. La persona se siente mucho mejor, recupera su confianza, seguridad, independencia y amor propio.

Consejos

Aunque suene tópico la distancia y el tiempo son los mejores aliados. Hay que enfrentar el dolor y empezar a reconstruirse poco a poco.

Evitar pensamientos destructivos y mantener una actitud positiva, para cerrar una etapa y comenzar una nueva llena de optimismo y autonomía hay que hacerlo sin lastres, ni ataduras del pasado, sobre todo sin odio y culpa.

No recrearse diariamente en lo que hubiera podido ser y no fue. Intentar quedar siempre con lo bueno dejando a un lado los resentimientos.

Es el momento de aprender a valorarse, buscar y encontrarse. La soledad no es buena compañía, compartir el dolor y desahogarse hará que la carga de la pena sea menos pesada. Rodearse de las personas queridas y salir a divertirse ayuda a sentirse bien y relaja la mente.

Buscar actividades mantiene la mente ocupada y activa. La práctica de deporte disminuye el estrés y contribuye a una mejora de los estados depresivos.

Para concluir conviene recordar que una persona gusta a los demás cuando se conoce y se quiere, pero sobre todo cuando se respeta a sí misma.